Científicos de la Universidad de Jaén han realizado un estudio que señala que el apoyo parental hacia la práctica de ejercicio físico en los adolescentes influye positivamente en su autoestima y eficiencia académica. El dinero invertido y el acompañamiento a instalaciones deportivas son los dos factores más determinantes para los niños en esta etapa de su vida.
El proyecto, desarrollado por miembros del grupo de investigación Actividad Física Aplicada a la Educación y la Salud (Afaes), analizó la actividad física en adolescentes y su contexto familiar a través de un estudio transversal y un programa de intervención en padres e hijos de dos años de duración.
En concreto, profundiza en la posible influencia que la coparticipación o implicación parental en la actividad física de sus hijos pudiera tener sobre la propia actividad física, variables psicológicas y salud de los jóvenes. Para ello, se diseñó un programa de intervención conjunta para padres e hijos dirigido a la promoción de unos hábitos de vida más saludables, con eje en la práctica de actividad física y mejora del nivel de la condición física.
El foco principal del proyecto han sido jóvenes adolescentes entre 12 y 18 años de diferentes centros de Educación Secundaria de la provincia de Jaén, y sus padres.
Emilio J. Martínez, director del grupo de investigación y profesor del Departamento de Didáctica de la Expresión Musical, Plástica y Corporal de la UJA, explicó que “consideramos que ésta es una edad de riesgo, ya que a menudo los padres relajan la atención sobre la actividad física de los hijos, y realmente es un periodo clave, ya que es cuando comienzan a incrementarse las actitudes sedentarias de los jóvenes".
Se realizó la implementación de dos programas de actividad física extraescolar, que consistían en realizar al menos una hora extraescolar al día de actividad física a una intensidad entre moderada y vigorosa. La propuesta de actividades diarias era libre y autoadministrada por los participantes, aunque su idoneidad debía ser supervisada por padres y profesores de Educación Física.
El tiempo utilizado en la práctica, calorías consumidas y frecuencia cardiaca media y máxima eran registradas diariamente a través de un pulsómetro. El dispositivo de control era mediante un podómetro que contabilizaba el número de pasos diario.
Martínez añadió que "el problema para los profesores de Educación Física es que actualmente solo disponen de dos horas lectivas a las semana. Sin embargo, la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es que para que un joven sea considerado activo, debe hacer al menos una hora al día de actividad física de moderada a vigorosa durante cinco días a la semana”.
Por ello, para aumentar la adherencia a estos programas, se recomendó que la práctica de ejercicio físico fuese de forma grupal, con amigos o familiares. Entre las propuestas de actividades estaba caminar con amigos a paso ligero al menos una hora al día, la asistencia a escuelas deportivas favoreciendo la incorporación a deportes colectivos, actividades en la naturaleza una vez a la semana, subir y bajar las escaleras en lugar de utilizar el ascensor o participar en las tareas domésticas, entre otras.
Los resultados obtenidos muestran que el apoyo parental instrumental, por ejemplo en el ánimo para que el hijo practique actividad física, en el dinero invertido o en el acompañamiento a las instalaciones deportivas, que reciben los niños, es el tipo de apoyo que más se relacionó con una mayor frecuencia semanal de práctica de actividad física y diversión por llevarla a cabo, independientemente del índice de masa corporal.
Asimismo, se muestra que los chicos y chicas adolescentes que reciben mayor apoyo parental instrumental, así como las chicas de padres más activos físicamente, tienen un mejor rendimiento académicos en asignaturas troncales como Lengua, independientemente del estatus socioeducativo familiar.
"El fomento del apoyo parental hacia la práctica sistemática de actividad física de los hijos adolescentes puede ser clave para la mejora del nivel de condición física, el aumento de la práctica de actividad física y podría influenciar positivamente en el autoconcepto, autoestima y rendimiento académico de los jóvenes", indicó el investigador.
En ese sentido, los responsables de este proyecto sugieren a los padres con hijos adolescentes, "la práctica habitual y conjunta de actividad física dentro del entorno familiar" y se insta a "un apoyo instrumental continuo hacia el fomento de la actividad física de los hijos, debido a la gran cantidad de beneficios que puede provocar tanto a corto como a largo plazo".
El grupo de investigación Actividad Física Aplicada a la Educación y la Salud de la UJA lleva desde hace cuatro años estudiando la influencia del contexto familiar en la práctica física y deportiva de los hijos. Este proyecto, financiado con los fondos propios de la UJA para I+D+i, ha sido la continuidad de otro anterior centrado en las relaciones parentales sobre la actividad física, obesidad juvenil, calidad de vida y rendimiento académico en adolescentes de Andalucía.
En concreto, junto a Emilio J. Martínez, han trabajado otros miembros del grupo de investigación Afaes como Manuel J. de la Torre-Cruz, profesor del Departamento de Psicología de la UJA, y Alberto Ruiz-Ariza, personal investigador predoctoral, así como los doctorandos Sara Suárez-Manzano y Sebastián López-Serrano.